jueves, 3 de septiembre de 2009

Parking

Esta exposición encuentra su origen en un accidente de tráfico que el artista tuvo en 2009: “Mi coche quedó siniestro total y, como no tenía seguro, me vi obligado a vivir sin vehiculo durante casi un año. Me movía por la ciudad caminando y usando el transporte público. A veces, veía en la calle aparcamientos libres y me acordaba de lo difícil que es aparcar aquí, por lo que lamentaba no tener mi coche para hacer uso de ese privilegiado descubrimiento. Entonces empecé a fotografiar esos aparcamientos vacíos. Caminaba siempre con la cámara encima y cada vez que descubría un hueco donde habría cabido mi coche lo fotografiaba como forma de llevarlo conmigo. En cierto modo estas fotografías son pruebas de que yo encontré aparcamiento, aunque no me hiciese falta porque no tenía coche.”

Más que eso, nos parece que al fotografiar esos aparcamientos vacíos el artista está radiografiando la obsesión del hombre moderno por ocupar un lugar, por estar en algún sitio. La ciudad abarrotada es el símbolo de la masa social, por lo que aparcar en ella supone encajar en esa masa. La multitud es como un líquido que tiende a ocupar la mayor superficie posible. Estos espacios aún no ocupados, eternizados gracias a la fotografía, son entonces la resistencia, la conservación de algo original y previo a la masa. La única individualidad posible es el vacío.

1 comentario:

Irene dijo...

Me gusta el porqué de esta exposición. Eso de que la individualidad es el vacío, vuelta de tuerca al espíritu romántico.

Y es que siempre que vas a pata, sobre todo cuando acabas de aparcar en el quinto pepino, te encuentras con plazas más cercanas... Pero nunca me da por el pensamiento artístico, jeje